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Poco podía imaginarme, en 1951, cuando compuse la Balada del bes sobre el delicioso poema de Joan Maragall (1860-1911), que tardaría 62 años en escuchar su estreno con la luz del sonido de las voces blancas encarnadas por el maravilloso Cor Vivaldi, dirigido, interpretado y animado por Òscar Boada, el 9 de noviembre de 2013, en el Auditorio Axa de Barcelona. El tema, la época y el tono evocados por Maragall me condujeron a la transparencia del coro infantil o femenino, y a un tratamiento armónico arraigado en la época del Renacimiento, visto a una distancia de unos cuantos siglos… La música, en su primera y segunda parte, describe la leyenda del primer beso de la doncella con el trovador itinerante, para conducir, en la tercera parte, a la glorificación del beso inmortal, para acabar, con el retorno al tema inicial, salpicado con una ligera punta de ironía, con los últimos versos:
Su mal aumentaba / cuando le vio partir, / y llegó a estar muy mala, /pero no llegó a morir.
El autor.