El cercador d'estels

No puedo evitar considerar El cercador d’estels como uno de los aciertos más grandes que jamás he podido presenciar. Me explico. Es una obra con una fragilidad y una sensibilidad muy particulares que se rige por el más sencillo de los sentidos musicales: una innegable calidad en la dirección tensional. Pero, detrás de esta conducción tan natural, se descubre una complejidad compositiva formada por diferentes texturas, recursos tonales y atonales, así como una instrumentación delicadamente explorada. Todo está tejido en un entramado creativo que despierta el espectro más reflexivo de cada uno. Y es aquí donde todo toma el sentido universal que suele estar presente en las grandes obras, en las
obras de verdad: ventanas a una dimensión infinita y la consecuente lucha para encontrar la luz y/o el camino a seguir o construir. Santi Escura, consciente de la narrativa conceptual, no podría haber denominado la pieza con otras palabras,
así como tampoco podría haberla presentado al mundo de otra forma. Aquel 18 de octubre de 2009, ofreciendo el estreno a uno de sus jóvenes alumnos para que actuara como solista rodeado de una orquesta profesional, brindó la oportunidad a todo el mundo (intérpretes y público) de convertirse realmente en buscadores de estrellas demostrando que nos encontramos ante una obra dotada de una gran humanidad. Humanidad en el sentido más intrínseco posible.

 

Joel Riu
Compositor, pianista y percusionista
*Pianista que estrenó la obra aquel
18 de octubre de 2009